miércoles, 27 de abril de 2011

PROCESOS PSICOLÓGICOS DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE.

APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS.


Audiencia: Padres de niños con edades comprendidas entre los 0 y 2 años.

Objetivos: El texto se presentara para hacer más amena una explicación sobre ciertas características de l lenguaje de los niños de esa edad y proporcionarles de forma indirecta estrategias que les puedan servir de ayuda a la hora de fomentar el lenguaje en sus propios hijos.

En el siguiente texto se tratará de dar respuesta a las dudas que tienen los padres sobre si es correcto o no el desarrollo de su hijo Juan, un niño al que se le supone la edad de veinte meses. Dicha edad se le atribuye a causa de la observación de las características de su lenguaje y la relación de éstas con la etapa del desarrollo del lenguaje a la que pertenecen.

Se añadirá información sobre estrategias que puedan manejar en su rutina diaria para lograr mejorar la calidad del lenguaje de su hijo.

Se puede observar que Juan posee un alto nivel de comprensión conceptual ya que está aprendiendo que los objetos que le rodean tienen su propia denominación. Sin embargo su nivel de producción es bajo en parte debido a que no están desarrollados completamente los órganos fonatorios encargados de la articulación lo que le produce dificultades a la hora de articular determinadas palabras.

Es cierto que a los dieciocho meses se produce una explosión del léxico, pero en principio la adquisición de vocabulario se hace de una forma muy lenta hasta que supera alrededor de cincuenta palabras, es entonces cuando se expresa de una forma mas fluida debido a que el niño ya va teniendo patrones adquiridos por lo que le resulta más fácil llevar a cabo la categorización.

Tomando como punto de referencia la teoría de MC. Neill, se deduce que el nivel de desarrollo de la expresión semántica de Juan se corresponde con la etapa holofrástica. Esta etapa se caracteriza por la producción de una palabra con función de frase implícita, ya que no es capaz de emitir el vocabulario suficiente
para expresar lo que quiere decir.

Se producen también algunas simplificaciones del lenguaje por parte de Juan con respecto al lenguaje de los adultos; tales como las sobreextensiones o generalizaciones que consisten en ampliar los significados de una palabra para referirse a varios objetos que poseen características similares, pero que en realidad no comparten la misma denominación. Este tipo de simplificación se ve reflejada en el hecho de que Juan denomine “guau” a todos los animales de cuatro patas.

Otro ejemplo de simplificación del lenguaje serian las sobreextensiones o infraextensiones que Juan realiza con el lenguaje, ya que al llamar “tota” a su pelota lo que hace Juan es reducir el campo semántico de una palabra para referirse a un objeto, es decir, Juan considera que la denominación de pelota se corresponde únicamente a la suya. Otro factor que seguramente influye en la pronunciación de ambas palabras (perro y pelota), seria la dificultad de Juan para articular las consonantes líquidas, capacidad que se adquiere a partir de los tres años de edad.

Otro posible factor que puede estar influyendo en el correcto desarrollo del lenguaje de Juan puede ser el escaso nivel de estimulación del lenguaje recibido por parte de sus familiares más cercanos.

Teniendo en cuenta todo lo anterior podemos sugerir una serie de estrategias tales como:

• Llamar a cada cosa o situación por su nombre con las mismas palabras o frases.
• Hablar con el niño sin forzarle, dejar que él se exprese cuando quiera.
• La escucha también es de gran importancia, ya cuando se deja niño se exprese verbalmente de forma natural y se le hace sentir escuchado, le estimula y propicia que el niño esté más predispuesto a comunicarse
• También sirve de ayuda que la hor4a de realizar actividades con él como vertirse, ducharse, se vaya verbalizando aquello que se está realizando
• Modificar las emisiones de los niños al reemplazar
• Utilizar las reformulaciones basadas en el reemplazo o la reordenación de las emisiones del niño.

Ej. Si el niño dice “ia” para pedirles a los padres que miren algo, los padres a su vez pueden pronunciarla la palabra mira correctamente, o preguntarle al niño que quiere que miren.

Por último se considera que es importante tener en cuenta éstas estrategias ya que, aúnque el desarrollo este siendo normal en Juan, ayudarán a favorecer su desarrollo del lenguaje.

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