TEXTO GRUPO 6
En este texto vamos a explicar las diferentes fases de un proceso de intervención con familias que se llevó a cabo con un niño de diez años y diez meses el cual empezó presentando problemas de fluidez verbal y posteriormente derivó en tartamudez.
El proceso de intervención cosiste en cuatro fases: en la primera fase denominada “colaboración entre la familia y el logopeda”; la interacción entre el logopeda y los padres de Daniel fue constante a lo largo de todo el proceso de intervención.
Éstos comenzaron la interacción otorgando información al logopeda sobre las vivencias de su hijo (su historia), desde que comenzó su problema (tanto en el entorno familiar, como en el escolar, etc.).
Se justifica y afirma que dicha interacción fue constante y armónica entre ambas partes por causas como: la entrega de la madre a la logopeda de los informes psicológicos de su hijo, el intento por parte de la logopeda de involucrar a los padres en la participación de las actividades que al pequeño se le mandó realizar en casa, etc. La marcación de pautas a los padres para facilitar la comunicación de su hijo y los informes continuos que fueron recibiendo sobre la evolución de Daniel y el tipo de actividades que realizó, son otras de las causas a través de las cuales fue posible observar la interacción mutua de los adultos.
En la segunda fase denominada “búsqueda de soluciones” se consideró que los padres eran conscientes de la situación lingüística de su hijo, su evolución y progreso. Por lo tanto se aprovechó esta situación para promover su implicación a través de la marcación de pautas durante la realización de las actividades.
En la tercera fase “enseñanza de recursos para la comunicación”, se encontró que:
En primer lugar, el logopeda propuso a los padres que disminuyeran el nivel de complejidad de su vocabulario cuando interaccionasen con su hijo. En segundo lugar, (referido al ámbito escolar) el logopeda indicó al profesor determinadas estrategias para que le sirvieran al niño como modelo a imitar, a la hora de leer y de utilizar la correcta entonación, ritmo y velocidad. Finalmente, se le enseñó al pequeño a controlar la tensión muscular cuando se ponía nervioso, a que emitiera prolongaciones de sonidos y a hablar en voz baja. Todo ello para conseguir que no se quedase atascado, que tuviera su tiempo para pensar lo que quería decir y poder comenzar una conversación.
En la cuarta y última fase de la intervención “el seguimiento”, se decidió continuar el proceso distanciando las sesiones, es decir, primeramente se realizó una vez por semana para ir observando cómo se desenvolvía e iba solventando aquellas dificultades con las que se había encontrado. Posteriormente, se decidió pasar a sesiones quincenales siguiendo el mismo procedimiento que en las anteriores.
Finalmente, tras diecinueve meses de tratamiento, se le dio el alta al paciente. Se observó que, a nivel lingüístico la recuperación había alcanzado sus objetivos, pero se le derivó a otro especialista ya que se consideró que de esta manera conseguiría un equilibrio emocional puesto que era otro de los factores que le dificultaban lingüísticamente.
lunes, 2 de mayo de 2011
miércoles, 27 de abril de 2011
PROCESOS PSICOLÓGICOS DE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE.
APRENDIZAJE BASADO EN PROBLEMAS.
Audiencia: Padres de niños con edades comprendidas entre los 0 y 2 años.
Objetivos: El texto se presentara para hacer más amena una explicación sobre ciertas características de l lenguaje de los niños de esa edad y proporcionarles de forma indirecta estrategias que les puedan servir de ayuda a la hora de fomentar el lenguaje en sus propios hijos.
En el siguiente texto se tratará de dar respuesta a las dudas que tienen los padres sobre si es correcto o no el desarrollo de su hijo Juan, un niño al que se le supone la edad de veinte meses. Dicha edad se le atribuye a causa de la observación de las características de su lenguaje y la relación de éstas con la etapa del desarrollo del lenguaje a la que pertenecen.
Se añadirá información sobre estrategias que puedan manejar en su rutina diaria para lograr mejorar la calidad del lenguaje de su hijo.
Se puede observar que Juan posee un alto nivel de comprensión conceptual ya que está aprendiendo que los objetos que le rodean tienen su propia denominación. Sin embargo su nivel de producción es bajo en parte debido a que no están desarrollados completamente los órganos fonatorios encargados de la articulación lo que le produce dificultades a la hora de articular determinadas palabras.
Es cierto que a los dieciocho meses se produce una explosión del léxico, pero en principio la adquisición de vocabulario se hace de una forma muy lenta hasta que supera alrededor de cincuenta palabras, es entonces cuando se expresa de una forma mas fluida debido a que el niño ya va teniendo patrones adquiridos por lo que le resulta más fácil llevar a cabo la categorización.
Tomando como punto de referencia la teoría de MC. Neill, se deduce que el nivel de desarrollo de la expresión semántica de Juan se corresponde con la etapa holofrástica. Esta etapa se caracteriza por la producción de una palabra con función de frase implícita, ya que no es capaz de emitir el vocabulario suficiente
para expresar lo que quiere decir.
Se producen también algunas simplificaciones del lenguaje por parte de Juan con respecto al lenguaje de los adultos; tales como las sobreextensiones o generalizaciones que consisten en ampliar los significados de una palabra para referirse a varios objetos que poseen características similares, pero que en realidad no comparten la misma denominación. Este tipo de simplificación se ve reflejada en el hecho de que Juan denomine “guau” a todos los animales de cuatro patas.
Otro ejemplo de simplificación del lenguaje serian las sobreextensiones o infraextensiones que Juan realiza con el lenguaje, ya que al llamar “tota” a su pelota lo que hace Juan es reducir el campo semántico de una palabra para referirse a un objeto, es decir, Juan considera que la denominación de pelota se corresponde únicamente a la suya. Otro factor que seguramente influye en la pronunciación de ambas palabras (perro y pelota), seria la dificultad de Juan para articular las consonantes líquidas, capacidad que se adquiere a partir de los tres años de edad.
Otro posible factor que puede estar influyendo en el correcto desarrollo del lenguaje de Juan puede ser el escaso nivel de estimulación del lenguaje recibido por parte de sus familiares más cercanos.
Teniendo en cuenta todo lo anterior podemos sugerir una serie de estrategias tales como:
• Llamar a cada cosa o situación por su nombre con las mismas palabras o frases.
• Hablar con el niño sin forzarle, dejar que él se exprese cuando quiera.
• La escucha también es de gran importancia, ya cuando se deja niño se exprese verbalmente de forma natural y se le hace sentir escuchado, le estimula y propicia que el niño esté más predispuesto a comunicarse
• También sirve de ayuda que la hor4a de realizar actividades con él como vertirse, ducharse, se vaya verbalizando aquello que se está realizando
• Modificar las emisiones de los niños al reemplazar
• Utilizar las reformulaciones basadas en el reemplazo o la reordenación de las emisiones del niño.
Ej. Si el niño dice “ia” para pedirles a los padres que miren algo, los padres a su vez pueden pronunciarla la palabra mira correctamente, o preguntarle al niño que quiere que miren.
Por último se considera que es importante tener en cuenta éstas estrategias ya que, aúnque el desarrollo este siendo normal en Juan, ayudarán a favorecer su desarrollo del lenguaje.
Audiencia: Padres de niños con edades comprendidas entre los 0 y 2 años.
Objetivos: El texto se presentara para hacer más amena una explicación sobre ciertas características de l lenguaje de los niños de esa edad y proporcionarles de forma indirecta estrategias que les puedan servir de ayuda a la hora de fomentar el lenguaje en sus propios hijos.
En el siguiente texto se tratará de dar respuesta a las dudas que tienen los padres sobre si es correcto o no el desarrollo de su hijo Juan, un niño al que se le supone la edad de veinte meses. Dicha edad se le atribuye a causa de la observación de las características de su lenguaje y la relación de éstas con la etapa del desarrollo del lenguaje a la que pertenecen.
Se añadirá información sobre estrategias que puedan manejar en su rutina diaria para lograr mejorar la calidad del lenguaje de su hijo.
Se puede observar que Juan posee un alto nivel de comprensión conceptual ya que está aprendiendo que los objetos que le rodean tienen su propia denominación. Sin embargo su nivel de producción es bajo en parte debido a que no están desarrollados completamente los órganos fonatorios encargados de la articulación lo que le produce dificultades a la hora de articular determinadas palabras.
Es cierto que a los dieciocho meses se produce una explosión del léxico, pero en principio la adquisición de vocabulario se hace de una forma muy lenta hasta que supera alrededor de cincuenta palabras, es entonces cuando se expresa de una forma mas fluida debido a que el niño ya va teniendo patrones adquiridos por lo que le resulta más fácil llevar a cabo la categorización.
Tomando como punto de referencia la teoría de MC. Neill, se deduce que el nivel de desarrollo de la expresión semántica de Juan se corresponde con la etapa holofrástica. Esta etapa se caracteriza por la producción de una palabra con función de frase implícita, ya que no es capaz de emitir el vocabulario suficiente
para expresar lo que quiere decir.
Se producen también algunas simplificaciones del lenguaje por parte de Juan con respecto al lenguaje de los adultos; tales como las sobreextensiones o generalizaciones que consisten en ampliar los significados de una palabra para referirse a varios objetos que poseen características similares, pero que en realidad no comparten la misma denominación. Este tipo de simplificación se ve reflejada en el hecho de que Juan denomine “guau” a todos los animales de cuatro patas.
Otro ejemplo de simplificación del lenguaje serian las sobreextensiones o infraextensiones que Juan realiza con el lenguaje, ya que al llamar “tota” a su pelota lo que hace Juan es reducir el campo semántico de una palabra para referirse a un objeto, es decir, Juan considera que la denominación de pelota se corresponde únicamente a la suya. Otro factor que seguramente influye en la pronunciación de ambas palabras (perro y pelota), seria la dificultad de Juan para articular las consonantes líquidas, capacidad que se adquiere a partir de los tres años de edad.
Otro posible factor que puede estar influyendo en el correcto desarrollo del lenguaje de Juan puede ser el escaso nivel de estimulación del lenguaje recibido por parte de sus familiares más cercanos.
Teniendo en cuenta todo lo anterior podemos sugerir una serie de estrategias tales como:
• Llamar a cada cosa o situación por su nombre con las mismas palabras o frases.
• Hablar con el niño sin forzarle, dejar que él se exprese cuando quiera.
• La escucha también es de gran importancia, ya cuando se deja niño se exprese verbalmente de forma natural y se le hace sentir escuchado, le estimula y propicia que el niño esté más predispuesto a comunicarse
• También sirve de ayuda que la hor4a de realizar actividades con él como vertirse, ducharse, se vaya verbalizando aquello que se está realizando
• Modificar las emisiones de los niños al reemplazar
• Utilizar las reformulaciones basadas en el reemplazo o la reordenación de las emisiones del niño.
Ej. Si el niño dice “ia” para pedirles a los padres que miren algo, los padres a su vez pueden pronunciarla la palabra mira correctamente, o preguntarle al niño que quiere que miren.
Por último se considera que es importante tener en cuenta éstas estrategias ya que, aúnque el desarrollo este siendo normal en Juan, ayudarán a favorecer su desarrollo del lenguaje.
domingo, 3 de abril de 2011
Texto académico
Antes de comenzar aclararemos que este texto se ha realizado con el fin de informar a padres y tutores de un colegio de primaria sobre las nociones básicas de los modelos de aprendizaje en los que se basa el plan educativo de este colegio.
A continuación, se explicarán dos formas diferentes de abordar el aprendizaje. Se trata de dos modelos de aprendizaje que emplean una metodología diferente, por un lado el modelo conductual y por otro el modelo cognitivo. Con el objetivo de lograr hacer llegar la idea de cada modelo de forma clara, nos disponemos a hacer una breve comparación entre ambos y posteriormente incluiremos un ejemplo.
Mientras que el cognitivismo entiende el aprendizaje como un acto de conocimiento que obtenemos gracias a la capacidad de pensar, percibir, recordar, comprender, organizar y dar uso de la información recogida; el conductismo explica en términos de acciones y acontecimientos observables sin hacer referencia a entidades internas como mente o voluntad.
Por otro lado el cognitivismo estudia los procesos mentales de los individuos y la influencia de éstos en su conducta, sin embargo el conductismo se centra en un tipo básico de aprendizaje denominado condicionamiento que implica la asociación entre estímulos presentes en el entorno y las respuestas del individuo a dichos estímulos.
Otra de estas diferencias reside en que en el condicionamiento clásico, una rama del conductismo, el tipo de respuestas suelen ser reacciones automáticas frente a algo que ocurre en el entorno, por el contrario la escuela cognitiva considera que las repuestas suelen ser más complejas, es decir, requieren de un proceso mental previo.
Se observa también que en el condicionamiento clásico no importa si la conducta tiene o no consecuencias, puesto que las respuestas se llevan a cabo de forma involuntaria. Así mismo en el condicionamiento operante se hace hincapié sobre las consecuencias ambientales, que son la base de este tipo de aprendizaje, ya que se basa en que son las que provocan que estas respuestas se lleven a cabo o no.
El modelo cognitivo coincide con los conductistas en que los seres humanos responden a las leyes del condicionamiento clásico, pero para los cognitivistas también influyen las características personales en el aprendizaje y la forma de adquirir información, resolver problemas y razonar, sus creencias, actitudes y expectativas.
Finalmente el aprendizaje por contigüidad, otra de las variables del conductismo, se lleva a cabo a través de la asociación de un estímulo con una palabra o bien un estímulo con una imagen.
A continuación se describirán dos situaciones diferentes en las que se observarán ambos modelos.
En el primer caso, se habla de un niño que ha aprendido a reciclar mediante el modelo cognitivo. Se sabe que éste niño tiene debilidad por los peces y gracias a un documental observó el daño que podría causar un simple plástico. A partir de ése momento se propuso ayudar a su padre a reciclar.
El segundo caso trata de un niño al que los profesores han conseguido inculcarle la idea de reciclaje mediante refuerzos. Cada vez que el niño se ofrecía a reciclar sus profesores ponían un “punto verde”. En este caso hablamos del modelo conductual, en concreto del condicionamiento operante, ya que el realiza la acción para obtener la recompensa.
Una vez tenido en cuenta lo expuesto hasta ahora, se llega a la conclusión de que una misma conducta se puede adquirir a través de diferentes metodologías.
A continuación, se explicarán dos formas diferentes de abordar el aprendizaje. Se trata de dos modelos de aprendizaje que emplean una metodología diferente, por un lado el modelo conductual y por otro el modelo cognitivo. Con el objetivo de lograr hacer llegar la idea de cada modelo de forma clara, nos disponemos a hacer una breve comparación entre ambos y posteriormente incluiremos un ejemplo.
Mientras que el cognitivismo entiende el aprendizaje como un acto de conocimiento que obtenemos gracias a la capacidad de pensar, percibir, recordar, comprender, organizar y dar uso de la información recogida; el conductismo explica en términos de acciones y acontecimientos observables sin hacer referencia a entidades internas como mente o voluntad.
Por otro lado el cognitivismo estudia los procesos mentales de los individuos y la influencia de éstos en su conducta, sin embargo el conductismo se centra en un tipo básico de aprendizaje denominado condicionamiento que implica la asociación entre estímulos presentes en el entorno y las respuestas del individuo a dichos estímulos.
Otra de estas diferencias reside en que en el condicionamiento clásico, una rama del conductismo, el tipo de respuestas suelen ser reacciones automáticas frente a algo que ocurre en el entorno, por el contrario la escuela cognitiva considera que las repuestas suelen ser más complejas, es decir, requieren de un proceso mental previo.
Se observa también que en el condicionamiento clásico no importa si la conducta tiene o no consecuencias, puesto que las respuestas se llevan a cabo de forma involuntaria. Así mismo en el condicionamiento operante se hace hincapié sobre las consecuencias ambientales, que son la base de este tipo de aprendizaje, ya que se basa en que son las que provocan que estas respuestas se lleven a cabo o no.
El modelo cognitivo coincide con los conductistas en que los seres humanos responden a las leyes del condicionamiento clásico, pero para los cognitivistas también influyen las características personales en el aprendizaje y la forma de adquirir información, resolver problemas y razonar, sus creencias, actitudes y expectativas.
Finalmente el aprendizaje por contigüidad, otra de las variables del conductismo, se lleva a cabo a través de la asociación de un estímulo con una palabra o bien un estímulo con una imagen.
A continuación se describirán dos situaciones diferentes en las que se observarán ambos modelos.
En el primer caso, se habla de un niño que ha aprendido a reciclar mediante el modelo cognitivo. Se sabe que éste niño tiene debilidad por los peces y gracias a un documental observó el daño que podría causar un simple plástico. A partir de ése momento se propuso ayudar a su padre a reciclar.
El segundo caso trata de un niño al que los profesores han conseguido inculcarle la idea de reciclaje mediante refuerzos. Cada vez que el niño se ofrecía a reciclar sus profesores ponían un “punto verde”. En este caso hablamos del modelo conductual, en concreto del condicionamiento operante, ya que el realiza la acción para obtener la recompensa.
Una vez tenido en cuenta lo expuesto hasta ahora, se llega a la conclusión de que una misma conducta se puede adquirir a través de diferentes metodologías.
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